Hola, soy le Martta Joan Giralt i Hernández, nací una primavera del año 1996, y desde hace unos años me considero maker y diseñadore activista. Puede parecer un poco extraño así dicho, pero la experiencia de mis años académicos y de diversas actividades formativas me han permitido abrirme a todo un mundo mucho más grande que la formación universitaria que he recibido de diseño.

Me matriculé en el grado de diseño en la Bau, por la bucólica idea de cambiar el sistema social (de alguna manera el mundo del diseño y su consumismo conlleva todo lo que no deseo para la sociedad del futuro, y al ser un hecho tan cotidiano me parecía una buena forma de empezar). Así pues acabé mezclando diferentes itinerarios, herramientas y conocimientos que me proporcionaba la capacidad de empezar a cumplir mis objetivos. Es por ello que el hecho de verme cerrade dentro de las cuatro paredes de la profesión de diseñadore, por muy creativa que sea esta, me provoca cierto malestar.

Por un lado ser maker me permite no tener la obligación de catalogar mis creaciones, ya sean prendas de vestir, objetos sonda o artículos de investigación. Ser diseñadore, porque no creo por crear y consumir, sino que pretendo que tenga un sentido reivindicativo y siempre con un proceso creativo, a poder ser colaborativo, que haga evolucionar la pieza de diseño. Y activista, porque en cierto modo, priorizo ​​que en la pieza o piezas en sí que yo diseñe se basen en mis ideologías e inquietudes.

Para complementar mis proyectos, estoy cursando el máster de Dones, génere i ciutadania, en la Universitat de Barcelona, el cual me permite profundizar en conocimientos teóricos feministas desde una posición interseccional. Y es que, en cierto modo, aunque no me cierro al diseño inclusivo de los diferentes ejes opresivos, suele trabajar sobre la lucha contra el sistema heterocispatriarcal.

Así pues, aunque, me gustaría hacer muchas cosas con mis aptitudes creativas, lo que tengo claro es que el objetivo es común en todas ellas, conseguir un giro de 180º en la sociedad, y sacar las "gafas culturales" que todos llevamos encima.
Volver arriba